ESCRITORES PUERTORIQUEÑOS
MANUE ZENO GARCÍA (1855-1930)
Arecibo, Puerto Rico, 10 de enero de 1855 - San Juan de Puerto Rico, 30 de enero de 1930. Médico, periodista, político y escritor puertorriqueño incluido dentro de la corriente estética del Naturalismo.
Cursó sus grados primarios en su ciudad natal y partió a Madrid donde completó su bachillerato y la carrera de Medicina, en la que obtuvo el doctorado en medicina y cirugía. Ejerció su profesión en el pequeño pueblo sureño de Guayanilla y Ponce y se inició activamente en la política. Hizo sus primeros intentos dramáticos y publicó sus meditaciones filosóficas Horas de soledad y Horas de tristeza. Redactó la Revista de Puerto Rico y fue colaborador de otras publicaciones. Fundó el periódico El Estudio en Ponce y colabora en otras publicaciones de tendencia liberal. Reunió sus poesías enAbismos(1885). En su obra periodística de distintas etapas analiza la situación de su país y denuncia el sistema administrativo español; a partir de la dominación norteamericana critica su colonialismo. Cultivó también los relatos, entre los que destacan Rosa y Luciano, Un infeliz y un infame,Al monstruo y las novelas cortas Rosa de mármol (1889) y Piccola (1890), y la novela La charca (1894).
Cursó sus grados primarios en su ciudad natal y partió a Madrid donde completó su bachillerato y la carrera de Medicina, en la que obtuvo el doctorado en medicina y cirugía. Ejerció su profesión en el pequeño pueblo sureño de Guayanilla y Ponce y se inició activamente en la política. Hizo sus primeros intentos dramáticos y publicó sus meditaciones filosóficas Horas de soledad y Horas de tristeza. Redactó la Revista de Puerto Rico y fue colaborador de otras publicaciones. Fundó el periódico El Estudio en Ponce y colabora en otras publicaciones de tendencia liberal. Reunió sus poesías enAbismos(1885). En su obra periodística de distintas etapas analiza la situación de su país y denuncia el sistema administrativo español; a partir de la dominación norteamericana critica su colonialismo. Cultivó también los relatos, entre los que destacan Rosa y Luciano, Un infeliz y un infame,Al monstruo y las novelas cortas Rosa de mármol (1889) y Piccola (1890), y la novela La charca (1894).
EUGENIO MARIA DE HOSTOS (1839-1903)
Tras haber cursado estudios primarios en la capital de su país natal, Eugenio María de Hostos viajó en 1852 a España para completar su formación académica. Estudió en Bilbao y en Madrid, donde se licenció en leyes y tomó contacto con los diversos grupos krausistas que en la segunda mitad del siglo XIX animaban la vida cultural madrileña.
El krausismo determinó, a partir de entonces, los derroteros filosóficos, pedagógicos y políticos por los que habría de discurrir su actividad intelectual; y así, partidario de la independencia de las colonias antillanas, creyó posible una gran federación ultramarina que instaurase la república en aquellos lares. Convertido en adalid del independentismo antillano, Eugenio María de Hostos pronunció en el Ateneo de Madrid varias sonadas conferencias que quedarían plasmadas por Galdós en la novela histórica Prim (1906), perteneciente a la cuarta serie de sus Episodios nacionales. Confió en que la Primera República española (1873-1874) daría la libertad a su país, y abandonó España cuando vio frustradas sus esperanzas.
Empezó entonces para el ilustre puertorriqueño una vida de peregrinación, de propaganda, de lucha por sus ideales. Vuelto a Hispanoamérica, formó parte de la Junta Revolucionaria Cubana creada en Nueva York y dirigió su órgano periodístico, La Revolución. Posteriormente, Eugenio María de Hostos recorrió América del Sur propagando sus ideas liberales, dirigió en Venezuela el Colegio Nacional de Asunción y fundó en Santo Domingo la llamada Escuela Normal, para volcarse de lleno en una incesante actividad pedagógica (1879-1888) que luego extendió por Chile entre los años 1889 y 1899.
Fruto, en parte, de esta abnegada labor, fueron los dos tratados de sociología que publicó en 1883 y 1901. Hostos proponía una educación liberal que llevara a un progreso moral e hiciera posible el desarrollo de las instituciones democráticas en Hispanoamérica. De regreso a su patria, fue nombrado jefe de la comisión encargada de reclamar en Estados Unidos la independencia de Puerto Rico dentro de una confederación de las tres grandes islas antillanas. Pero la dominación española había sido sustituida por la norteamericana, y, rota la ilusión de ver a su país libre, emigró de nuevo a Santo Domingo, donde consagró el resto de sus días a su obra pedagógica y cultural.
OBRAS
- La Peregrinación de Bayoán
- Las doctrinas y los hombres (1866);
- El día de América;
- Ayacucho (1870);
- El cholo (1870);
- La educación científica de la mujer (1873);
- Lecciones de derecho constitucional. Santo Domingo: Cuna de América(1887);
- Geografía evolutiva (1895).
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